Pero… ¿Qué es el NAD?

El NAD, o nicotinamida adenina dinucleótido, es un compuesto derivado de la Vitamina B3, también conocida como niacina, niacinamida o nicotinamida (su versión soluble). Este compuesto es clave para más de 500 reacciones en nuestro cuerpo y tiene un rol fundamental en el metabolismo, el envejecimiento celular, la reparación del ADN y la regulación de genes.

El NAD es esencial en dos vías súper importantes para nuestro organismo: las sirtuinas y las PARPS. Estas influyen en procesos claves como la producción de mitocondrias, la eliminación de células dañadas (apoptosis), la limpieza celular (autofagia), la inflamación, la comunicación entre células, la reparación del ADN y la estabilidad genética.

¿Por qué importa tanto el NAD?

Sin NAD, muchas de las funciones que nos ayudan a envejecer mejor y a prevenir enfermedades simplemente no ocurren. Así de importante es. Y lo peor es que, a medida que pasan los años, sus niveles bajan, lo que contribuye a los signos del envejecimiento y a la acumulación de daños en el cuerpo.

El NAD tiene dos formas principales: NAD+ y NADH. El NAD+ recibe electrones y se convierte en NADH, mientras que el NADH dona electrones y vuelve a ser NAD+. Este ciclo es clave para la producción de energía y el buen funcionamiento del cuerpo.

¿Por qué disminuyen los niveles de NAD con la edad?

Nuestro organismo siempre busca un equilibrio entre producción y degradación. En el caso del NAD, el problema es que con los años no solo producimos menos, sino que también lo degradamos más rápido.

Existen dos formas principales en que nuestro cuerpo genera NAD:

  1. Vía de novo: Se crea a partir del triptófano (un aminoácido presente en los alimentos), pero este proceso no es muy eficiente.
  2. Vía de rescate o «salvage»: Reutiliza componentes reciclados del NAD usado en distintas reacciones. Esta es la principal fuente de NAD en el cuerpo, pero se ve afectada por el envejecimiento, ya que la actividad de ciertas enzimas necesarias para este proceso disminuye.

Además, ciertas enzimas como las PARPS y el CD-38 aumentan su actividad con la edad y consumen más NAD. Esto ocurre porque el daño en el ADN se acumula con los años y el cuerpo necesita repararlo más seguido, lo que gasta mucho NAD.

¿Qué se puede hacer para mantener buenos niveles de NAD?

La ciencia está investigando distintas maneras de frenar la caída de los niveles de NAD. Algunas estrategias incluyen:

  1. Aumentar la producción de NAD:

    • Suplementos como la niacina (ácido nicotínico) pueden duplicar los niveles de NAD en 10 meses. Sin embargo, la niacina puede causar un enrojecimiento en la piel conocido como niacin flush.
    • Nicotinamida mononucleótido (NMN) y nicotinamida ribósido (NR) son otras opciones prometedoras, aunque aún hay estudios en desarrollo sobre su efectividad y absorción.
  2. Aumentar la actividad de la vía de rescate:

    • Se ha demostrado que el ejercicio (tanto aeróbico como de fuerza) aumenta la producción de NAD.
    • La restricción calórica o dietas que imitan este efecto también pueden ayudar.
  3. Reducir la degradación del NAD:

    • Se ha descubierto que la apigenina, un compuesto presente en el perejil seco, el apio y el té de manzanilla, puede disminuir la actividad de la enzima CD-38, que degrada el NAD.

Conclusión

El NAD es fundamental para el metabolismo, el envejecimiento y la salud en general. Mantener niveles adecuados puede ayudar a envejecer mejor y a reducir el riesgo de enfermedades asociadas con la edad. Una buena alimentación, el ejercicio regular y ciertos suplementos pueden contribuir a mantener el NAD en niveles óptimos. Así que si quieres llegar bien a la vejez, ¡preocúpate de cuidar tu NAD desde ya!